COSAS QUE ME ENSEÑÓ…

Hace mucho tiempo que no publico nada en la web e igualmente hace mucho que escribí el texto que hoy decidido compartir. He tenido cierto recelo a hacerlo público quizá porque se trata de un texto muy diferente al resto, es algo absolutamente personal.

No puedo negar que esté saturada del tema Pandemia-Covid, al igual que siento que lo está gran parte de la sociedad; lo que pasa es que hay una fuerza dentro de mí que no me deja avanzar (seguir escribiendo sobre otras cosas) si no comparto cómo me he sentido. De no hacerlo, es como si me negara esta vivencia, como si negara aceptar que esto me ha movilizado internamente, me ha transformado.

Echo la vista atrás y han pasado 8 meses. En realidad a día de hoy no me siento igual que hace 8 meses, estoy más tranquila, familiarizada con el tema, algo saturada pero también esperanzada. Orgullosa porque siento que estoy sabiendo sobrevivir. Algo que me ha ayudado a llevar mejor esta horrible situación es pensar en lo que he aprendido, lo que me ha enseñado y me sigue enseñando la pandemia. Esto es:

Que ante cualquier situación, por muy dura que sea, he de hacer el esfuerzo para encontrar la parte “positiva”, la parte de aprendizaje (a esto se le llama ser resiliente).

Que el tiempo es más importante de lo que creía. Parar y evaluar es necesario para enfocarse en aquello que verdaderamente merece la pena.

Que una situación así te conecta de manera intensa con emociones desagradables como el miedo, la inquietud, la ansiedad, la ira… pero también afloran otras más bonitas como el respeto, el cariño y el amor. E incluso a veces, la alegría.

Que no pasa nada por SENTIR, por llorar un poco todos los días, por estar angustiado por la incertidumbre de no saber hasta cuándo durará esta situación, qué le pasará a la gente que quiero o qué me va a pasar a mí… que es normal conectar con el enfado y otras emociones poco agradables e importante no quedarse anclado en ellas.

Que es necesario, aunque no resulte fácil, decir Te Quiero a aquellas personas por las que tengo este sentimiento. Atreverse por fin a decirlo y cambiar la mirada de reproche por una de amor. Todavía me cuesta.

Que una caricia, un abrazo, un beso y otras muestras de afecto que requieren el contacto físico, son más importantes de lo que pensaba (no sabes lo que tienes sientes hasta que lo pierdes). Son necesarias, por su poder curativo no sólo a nivel piel sino a nivel ALMA. Que la falta de contacto físico duele en lo más profundo del ser.

Que hasta el momento he estado rodeada de varios tipos de personas:

* Las que están de paso y aunque sigan en mi presente con algún tímido gesto hacia mí, en realidad son como la estrella que se apagó hace años y de la que aún veo su brillo. Hace tiempo que se fueron y está bien haberlas dejado ir.

* Las que no pueden sostenerte en este momento porque también lo están pasando mal. Esta situación nos afecta a todos y no de la misma manera. Estamos en lucha por sobrevivir y a veces necesitamos tomar distancia para centrarnos mejor en esta lucha. Son personas que sin duda volverán cuando todo esto pase.

* Las que llaman de repente, mandan mensajes o un qué tal estás por redes, las que son inconstantes, pero están ahí. Aquellas de las que hace tiempo que no sabes nada y vuelven a reaparecer ante situaciones difíciles como esta, a decirte de alguna manera: ¡Eh! Sigo por aquí.

También he aprendido a convivir con la soledad, esta soledad con la que he estado permanentemente conectada me ha permitido mirar hacia dentro, encontrarme y reconciliarme conmigo misma. He entendido que a veces esto asusta, pero es necesario para nuestro avance y desarrollo. Somos nuestra mejor compañía.

Aún nos queda tiempo para volver a la “normalidad”, a saber de qué normalidad estamos hablando… y otra de las cosas importantes que he aprendido con esta situación es, tener una mayor conexión con el momento presente, con el aquí y el ahora. Porque el hecho de no poder planificar el futuro, te enfrenta irremediablemente a vivir de manera más consciente el presente.

Gracias por permitirme este desahogo.

2 Comentarios

  • Marta

    Excelente artículo! Me encanta que pongas en palabras ese pensamiento que no va solo de la mano del sufrimiento si no del reconocimiento y la esperanza.

    Si hay algo que debemos tener en cuenta es que todo pasa, y esto pasará…. Pero no está de más aprovechar el momento para explorar qué cambios trae y cuáles de eso nos ayudan a avanzar, a crecer, a caernos (si a veces la caída es la parte más importante del proceso), qué nos enseña a reconocernos.

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