Piensa entonces si ese posible regalo es útil para la persona a la que se lo vas a entregar o si crees que esa persona realmente lo elegiría para sí.
¿Qué podemos hacer para conectarnos con esa persona? Obviamente hablar con ella, empatizar y estar muy atentos a lo que dice y a las cosas que:
No es imprescindible que el posible regalo sea algo que le guste, necesite y además desee; esto es complicado, pero cuanto más requisitos cumpla, más acertado será.
Claramente esto requiere hacer un cierto esfuerzo y también es cierto que la responsabilidad del acierto no debería recaer al cien por cien en quien regala. El que recibe el regalo ha de poner de su parte, dándo alguna pista y no precipitándose a darse el capricho antes de que el otro mueva ficha.
Quizá es una reflexión que llega un poco tarde respecto a los regalos de Navidad, pero dicen que más vale tarde que nunca. Espero que lo tengáis en cuenta para regalos futuros.
Rocío Vergillo Masip
Psicóloga y Mediadora en conflictos