Mediación en Conflictos
El conflicto es, según F. Moreno, una situación en la que dos o más partes o instancias (pensamientos, emociones, deber y querer…) se perciben o expresan como incompatibles o son catalogadas como tal por un observador exterior.
El ser humano es un ser social y por tanto está en constante relación con los demás. Es por esto que teniendo en cuenta la definición de conflicto podemos añadir que se trata de algo inherente al ser humano.
Como podemos observar, los tipos de conflicto, teniendo en cuenta las personas involucradas en el, pueden ser:
* Intrapersonales: dentro del propio sujeto.
* Interpersonales: entre dos o más personas.
* Intragrupales: dentro de un mismo grupo (Asociación, equipo de trabajo…)
* Intergrupales: entre grupos de personas.
Excepto el primero que es más adecuado para ser tratado en Psicoterapia, los otros tres, son susceptibles de poder ser abordados desde la Mediación.
Cuando nos encontramos en conflicto con nosotros mismos o con los demás, queremos que desaparezca porque lo consideramos algo negativo. Esto es simplemente resultado de una visión sesgada del mismo, existe otra manera de interpretarlo que consiste en ver el conflicto como una oportunidad de cambio.
La mediación es una manera alternativa de resolución de conflictos. Al igual que la mediación, existen otros métodos o técnicas que tienen como objetivo la resolución de conflictos sin confrontación, son: el arbitraje, la conciliación y la negociación. Es por esto importante destacar las características de este método:
Cada una de las partes acceden de manera voluntaria a este proceso.
Existencia de un tercero (mediador/a) que asiste a las partes en el proceso y cuyo objetivo es facilitar la comunicación y el entendimiento entre las personas que participan en el.
Imparcialidad del mediador/a. No toma parte por ninguno de los involucrados en el proceso.
Neutralidad el mediador/a. No decide nada sobre lo que se expone en el proceso.
El proceso no siempre ha de finalizar con un acuerdo que resuelva el conflicto.
La resolución del conflicto, en caso de que se de, o los acuerdos parciales que se obtengan como resultado del proceso son producto de lo pactado por las partes en la Mediación.
La Mediación considera el conflicto como una oportunidad.
La Mediación es un proceso al que las partes llegan de manera voluntaria y por tanto, se les da la oportunidad de abandonar dicho proceso en el momento que lo deseen. Esto genera el ellas un cierto sentimiento de libertad que resulta muy importante para que el proceso avance.
La Mediación es un método que hace que las partes en conflicto se sientan dueños de su propia vida, que tomen decisiones sobre ella y que se responsabilicen; ya que quien mejor que ellos mismos para saber que es lo mejor para sí.
La Mediación involucra a los participantes implicados en conflicto y les invita a que sean ellos mismos los que encuentren soluciones. De esta manera, el resultado que se obtiene producto del proceso (acuerdo), es más fácil que se lleve a cabo y cumpla que si lo comparamos con el cumplimiento de una solución impuesta por un tercero (juez o árbitro). La mediación hace que que las partes que se someten a dicho proceso se sientan dueños de su propia vida.
La Mediación es un proceso más económico si se compara con la vía contenciosa, en todos los aspectos: monetario, temporal, emocional…
La Mediación trata el conflicto trabajando también en la relación de las partes. Es importante que la relación sea óptima para que se pueda avanzar en el proceso y se llegue a acuerdos. Incluso en ocasiones un proceso de mediación se puede cerrar sin un acuerdo concreto pero con una mejora considerable en la relación porque esto era lo que verdaderamente había debajo del conflicto presentado al inicio del proceso.
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